Entradilla

Las afortunadas Islas Canarias desde una peculiar mirada hacia sus lugares más emblemáticos, su gastronomía, su historia, sus gentes y sus costumbres

miércoles, 27 de octubre de 2010

De visita por Las Azores

La semana pasada me tocó visitar São Miguel, la mayor de las Islas Azores, ese lugar que la mayoría de los españoles sólo conocemos porque por allí hay un Anticiclón y porque fue el elegido por Bush, Blair y Aznar para declararle en 2003  la guerra a Sadam Husein.

Una triste forma de dar a conocer este pequeño archipiélago portugués de enorme belleza, formado por nueve islas y situado en pleno Océano Atlántico.

Mi visita, de carácter laboral, tenía por objetivo conocer las obras que Ferrovial está desarrollando en São Miguel para construir una espectacular autopista que mejorará sustancialmente las comunicaciones de esta abrupta isla. En posts sucesivos hablaré de algunos de los espectaculares viaductos que allí se están construyendo.

En cuanto a la isla, lo que más me llamó la atención es su hermoso paisaje, una especie de Asturias en miniatura marcado por la humedad, el verde de sus campos y la abundancia de vacas. Y es que, según nos comentaron nuestros guías -dos ingenieros españoles de Ferrovial-, la mayoría de la población local subsiste gracias a las ayudas europeas a la producción de leche.

São Miguel tiene un tamaño similar a La Palma, que es la isla de las Canarias a la que más se parece -al menos de las que yo he visitado-. También cuenta con valles, montañas y antiguas carreteras repletas de curvas al norte, así como pequeñas playas turísticas al sur.

Además, en la isla proliferan las cascadas -artificiales, según nos comentaron, pero muy bonitas-, el té -la isla cuenta con la única plantación europea de este tipo de infusión- y el pescado -en nuestro menú, muchos optaron por el bacalao, aunque yo me decanté por un sabroso y suculento arroz con marisco-.

En cuanto al ocio, según nos dijeron nuestros guías, en São Miguel hay dos tipos de personas: los que practican submarinismo y los que juegan al golf (supongo que en esto influye decisivamente el poder adquisitivo de cada cual).

En definitiva, un lugar con mucho encanto altamente recomendable. Tal vez lo peor sean las comunicaciones con el archipiélago: sólo hay vuelos desde Lisboa y Oporto y, al parecer, no son nada económicos.

Ponta Delgada, la capital de São Miguel

4 comentarios:

  1. Rubeeeeens, haces de la concrección un arte. Sugerente artículo. Y una belleza de fotos.

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  2. jeje, gracias peter, un lugar muy recomendable para un aficionado a las islas como tú.. a ver si hay suerte y el fuenla juega algún día contra las azores basket club, jeje

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  3. jeje, estaría de lujo, como dijo el maestro Saramago...Votemos por una Península Ibérica unificada!

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  4. votemos por ello! pero cuando Portugal sea una potencia económica y Ronaldo se jubile!

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