Se trata de uno de los lugares más concurridos por los tinerfeños ávidos de sol y agua: unas piscinas naturales aptas para niños, jóvenes y abueletes. En definitiva, el típico destino turístico de los años 70 que con el tiempo ha pasado de moda en detrimento de los megacomplejos hoteleros para guiris del sur de la isla... (pincha aquí para leer el artículo)
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