Pese a que apenas hemos visitado cuatro ciudades de Tenerife, ya no nos queda ninguna duda: el lugar más feo de la isla (y posiblemente también de todas las Canarias) es Santa Cruz. Carece de belleza alguna e incluso de playa, pero su posición estratégica y su enorme puerto le sirvieron para hacerse con una capitalidad que bien merecería cualquier otro lugar de los que hasta ahora hemos conocido.
Llegamos a esta conclusión tras visitar el pasado fin de semana Puerto de la Cruz, una preciosa ciudad costera situada en el norte de la isla que cuenta con preciosas calles y edificios de típico estilo canario, con sus bonitos patios y balcones.
Es impresionante la violencia con la que rompen las olas en sus rocosas orillas y la gran cantidad de gente que puebla sus calles (suponemos que éste es el motivo por el que Santa Cruz se queda desierta durante los fines de semana).
Además, sus plazas y parques son muy acogedores y cuenta con templos y jardines dignos de más de una fotografía. También nos gustó su gran oferta gastronómica, con restaurantes para todos los gustos a unos precios desconocidos para cualquier peninsular.
Aunque odio a los que se manifiestan contra el aborto, también me gustó toparme con un grupo de personas que pedía firmas contra la nueva ley (en Santa Cruz el movimiento asambleario es inexistente, la mayoría está concentrado en San Cristóbal de la Laguna, y eso, aparte de dejar la ciudad desierta de jóvenes, hace que nos esté resultando más difícil de lo previsto conocer gente y hacer amiguitos).
Por si esto fuera poco, en Puerto de la Cruz también saben montárselo para atraer a los turistas, razón por la que cuentan con una Oficina de Turismo (todavía estoy buscando la de Santa Cruz) y razón también por la que a alguien se le ocurrió montar el Loro Parque (un lugar parecido al Zoo en el que seguramente nos dejaremos caer en más de una ocasión a lo largo de este año).
Posiblemente lo mejor de todo es que esta ciudad está justo al lado de la Orotava (otro lugar del que he oído hablar bien a todo el mundo) y apenas tardamos 20 minutos en llegar desde Santa Cruz, ya que todo el camino es autovía. En fin, que éste será uno de los lugares a los que enviaré a todo aquél que nos visite, ya que Santa Cruz no merece más de una mañana, lo que se tarda en recorrer la calle Castillo (algo así como Preciados), la Plaza de España, la Plaza del Príncipe de Asturias y el Parque García Sanabria.
Por cierto, pasaremos la Nochebuena en la isla de El Hierro, un minúsculo lugar en el que nos han dicho que la gente desaparece a partir de las siete de la tarde, así que empezaremos a concienciarnos de que va a ser prácticamente imposible que Papá Noel se deje ver el pelo por allí.
Qué planazo lo de el Hierro. Cuando os visite me gustaría ir y al resto del islas pequeñas tb, me han hablado de La Graciosa :-) Por cierto, ¿¿has pedido currele en la oficina de turismo?? Enorme tour el que nos estás haciendo. Me encantan los delfines y esa casa medio naranja medio amarilla. Qué sol, madre mía, aquí hemos estado a -5 grados. Tirito de frío ahora mismo!!
ResponderEliminarBeso grande
Prefiero Puerto de La Cruz a Santa Cruz, sin desmerecer a la capital chicharrera y comparto sus preminencias por la ciudad portuense. La visité por vez primera en Marzo de 1978; hasta Agosto de 2008 no la visité por segunda vez; en Diciembre de 2009 fue la tercera ocasión; en Septiembre de 2010 espero rendir mi cuarta visita, desestimando otros lejanos destinos turísticos que económicamente puedo disfrutar y conozco.Observar miles de turistas en pleno gozo y concordia es una paz y satisfacción inconmensurable con el añadido de paisajes, como el mirador de Humboldt; el Teide nevado y las verdes plataneras que descienden del valle de La Orotava al mar es una de las grandes maravillas del mundo que puedo ratificar como piloto jubilado que he dado varias veces la vuelta al mundo; para colmo de bienes tengo este punto de destino a menos de cien millas de casa y lamento no haber ido antes con la merecedora asiduidad de este punto hermano que vivió grandes momentos turísticos, especialmente en la década de los sesenta, siendo cuna de algunos films hispanos de la época como Escala en Tenerife (1964) con el Dúo Dinámico que se hospedaban, anecdóticamente, en el actual Catalonia Las Vegas.
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