La región transitada y la época del año resultan esenciales a la hora de escoger el equipamiento de senderismo básico, en el que el calzado ocupa un papel destacado, como no podía ser de otra manera en un deporte que consiste básicamente en andar. En este sentido, conviene utilizar calcetines de algodón o lana y unas botas que destaquen por su comodidad y por ser lo suficientemente rígidas como para agarrarse bien al terreno.
Las mismas premisas de comodidad y protección han de ser las que guíen la elección de la ropa que se encuentra en contacto directo con la piel, teniendo siempre presente que el cuerpo debe estar protegido del sol en verano y del viento, la lluvia o la humedad el resto del año. Especial énfasis habrá que poner en el cuidado de las manos y la cabeza, partes que convendrá resguardar con gafas de sol, guantes y algún gorro.
Contra el frío y el viento
Si el frío arrecia, una bufanda o unas orejeras tampoco estarán de más, así como un forro polar y alguna prenda aislante del viento y la lluvia. También resulta muy útil contar con un bastón que ayude a sortear los accidentes del terreno, siendo especialmente cómodos y resistentes los de esquí.
Aunque se trata de una actividad que no precisa de grandes dispendios económicos, será necesaria una inversión inicial de al menos 150 euros para adquirir un equipo de senderismo medianamente decente, cantidad que aumentará si se desea incluir más ropa de abrigo o accesorios tan variados como la tienda de campaña o los navegadores GPS.
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